Probando la comida local
- Un Turista Entre Nosotros
- 29 may 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 jun 2018
Bueno, bueno, bueno. He estado atenta por si veía a la señora que me recomendó el "mollete" el otro día para darle un par de besos y agradecerlo tal y como mi madre me enseñó. ¿Cómo es que esto no se come fuera de aquí?
Quizás sí se hace pero como suele suceder quizás no sepa igual. Tendrá que ver la gente sentada en las mesas vecinas, el aire que sople ese día, la luz que entre por los ventanales... es que prefiero venir y comérmelo aquí que no en mi casa.
Y no sólo el "mollete" sino toda la comida que estoy probando, el pescado, la carne, los pasteles, todo tiene un sabor especial (vaya eso salía en una canción).
Como no podía faltar al ser ciudad marinera tienen diversos pescados y mariscos, para comer aliñados, en adobo, fritos, cocidos.... (se me hace la boca agua sólo de pensarlo). Tampoco hay que desmerecer a la carne, que la hacen muy sabrosa, en guisos, sobre todo uno utilizando el vino de la tierra, ummmmmmm al Pedro Ximénez creo que le llaman, sabrosíiiiiisimo.
Y los dulces, tienen muchos tipos hechos con yema de huevo que no había visto nunca, y al comentárselo a la chica que me atendía me ha explicado que es debido a las bodegas. Cuando ha visto la cara de alelada que se me ha quedado me ha explicado que en las bodegas antes se usaba la clara de huevo para "clarear" el vino, limpiarlo de impurezas y las yemas se les daban a las familias de los jornaleros o a las monjas con lo que hacían dulces con ellas y de ahí viene la tradición.
Ahora voy a descansar un rato, que aquí es usual el dormir siesta para coger fuerzas para seguir conociendo esta ciudad por la tarde. Seguiré informando.
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